EL proceso para realizar un hemograma consiste en una pequeña extracción de sangre. Es un proceso muy sencillo dónde apenas se precisa de preparación:
El paciente debe acudir al centro de salud o centro de hemoterapia en ayunas y sin haber ingerido alimentos en las 8 ó 10 horas previas. De igual forma, en dicho plazo debe abstenerse de fumar.
El paciente toma asiento y descubre uno de sus brazos, situándolo boca arriba y apoyado en un reposabrazos.
El personal médico realizará a un pequeño torniquete en el antebrazo, con el fin de paralizar el flujo de sangre del brazo hacia el corazón.
Se desinfecta el área donde se va a realizar la punción con un compuesto estéril (por ejemplo, alcohol, con el fin de prevenir infecciones).
Se clava la aguja de la jeringuilla y se extrae una pequeña muestra de sangre que se deposita en unos pequeños tubos, identificándolos con tus datos para enviarlos al laboratorio.
Es un proceso indoloro aunque puedes sentir una pequeña molestia tanto en la inserción de la aguja como en la extracción de la misma (Se recomienda mirar hacia otro lado mientras el personal facultativo lleva a cabo la toma de sangre).
Una vez extraída la aguja, el facultativo médico le colocará un pequeño algodón en el lugar del pinchazo que deberás presionar durante dos minutos
Se sigue el mismo procedimiento que en una sesión de donación de sangre, aunque con la diferencia que en la donación, la cantidad de sangre que se extrae en de medio litro.