Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos que forman parte del sistema inmunológico del organismo para defenderse del ataque de antígenos, bacterias, virus, etc.
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Valores normales
El informe del análisis de sangre debe reflejar unos índices de linfocitos entre 1.500 y 4.000 células por cada microlitro de sangre para considerase que se está dentro de los valores normales. Por debajo de esa cifra estaríamos en situación de linfopenia y por encima en situación de linfocitosis.
Consulta: Saturación de oxígeno
Proporcionalmente la cantidad de linfocitos en sangre supone entre el 20 y el 30 de la cantidad de glóbulos blancos del organismo. Los otros tipos de leucocitos son neutrófilos, eosinófilos, basófilos y las células monocigóticas.
Existen 3 tipos de linfocitos: Linfocitos B, linfocitos T y células NK
Linfocitos B:
Se originan en la médula ósea y permanecen de forma inactiva hasta que el organismo es atacado por un agente externo, en ese momento viajan a la parte linfática del organismo donde maduran para hacer frente al invasor.
Su función es la de generar anticuerpos para repeler el ataque de agentes externos.
Tipos de linfocitos B
Linfocitos b plasmáticas: Son las primeras células que repelen el ataque al organismo de un virus o bacteria, su pervivencia se limita a unas pocas horas y se generan por miles todos los días en la médula.
Linfocitos b de memoria: Se originan igual que las anteriores en la médula ósea pero éstas entran en acción como respuesta secundaria si se vuelve a producir el ataque del mismo patógeno tiempo después. Pueden permanecer en el torrente sanguíneo durante años.
Linfocitos T:
Las células T se generan en la médula pero maduran en el timo de ahí proviene su nombre como linfocitos T.
Es un tipo de célula que tiene especial relevancia en la lucha contra enfermedades como el SIDA o el VIH. Actualmente se está explorando la posibilidad de aumentar genéticamente su producción para frenar el avanza de ambas patologías.
Tipos de linfocitos T:
Citotóxicos: Son las llamadas células asesinas. Actúan buscando y eliminado tanto el antígeno como la célula que le contiene. Su inconveniente es que son células que en ocasiones
Son culpables del rechazo de órganos trasplantados porque “piensan” que son agentes invasores para el organismo y entran en acción aniquilando las células.
Auxiliares: Entran en acción cuando detectan la existencia de un antígeno o agente extraño, liberando citoquina que es una sustancia química que provoca la reacción de las células B.
Reguladores: Tratan de impedir la destrucción de células buenas dentro del propio organismo, por se confundidas con agentes externos.
De memoria: Son el cuarto tipo de linfocitos T, se generan cuando existe una infección y perviven en el organismo hasta que la agresión del antígeno se repite y es cuándo entran en acción.
Células NK
Este tipo de linfocitos recibe el nombre de natural killer porque son células muy destructoras que aniquilan cualquier célula que detectan como extranjera, siendo la responsable de muchos rechazos de trasplante de órganos.
Se generan en diversas partes del organismo: Médula ósea, parte linfática, timo, etc.
La propia esencia de su constitución hace que no sea necesario que generen anticuerpos sino que directamente ataquen y eliminas aquellas células que detectan como infectadas o externas. Llevan a cabo una repuesta rápido al “ataque” y en apenas tres días desde el momento de la infección entran en acción.
Linfocitos altos: Significado y causas
La linfocitosis se produce cuando el numero de linfocitos totales (células b, células t y células k) superan los 4.000 en una persona adulta, los 7.000 en niños y los 9.000 en bebés.
Tener linfocitos altos significa que puede existir una enfermedad subyacente que provoque la generación por parte de la médula ósea una cantidad mayor de la establecida como normal. Es un elemento indiciario para realizar pruebas complementarias con el fin de detectar dicha enfermedad subyacente.
La linfocitosis no es una patología como tal sino que es el efecto de una enfermedad que motiva esa generación masiva de células.
Causas y tratamiento
Son diversas las causas que pueden motivar unos niveles elevados de linfocitos, en muchas ocasiones es determinante la existencia de una patología subyacente. Algunas de ellas son:
- Infecciones virales como hepatitis o mononucleosis
- Cáncer linfático
- Infecciones como tuberculosis o brucelosis
- Paperas, rubeola, etc.
La diversidad de causas posibles de padecer linfocitos altos hace que el tratamiento oportuno sea muy dispar y varíe función de cual es la causa que ha generado esa elevación de células linfáticas.
Linfocitos bajos: Significado y causas
La linfopenia o linfocitos bajos son difíciles de detectar, a no ser con la realización de un hemograma o recuento total de células del torrente sanguíneo, y hablamos de tal situación cuando el recuento de linfocitos es inferior a 1.500.
Tener un bajo nivel de linfocitos significa que existe una enfermedad que esta provocando que se generen menos células de las que debiera.
Pueden ser causas banales pero también puede deberse a enfermedades muy graves como la leucemia o el síndrome de Hodgkin ante lo cual se hace imprescindible la realización de pruebas medicas complementarias.
En situaciones de linfopenia leve y sin causa conocida, el tratamiento suele ser conservador, estableciendo un seguimiento del paciente para observar como evoluciona el conteo.
En situaciones de linfocitopenia grave, el tratamiento será consecuente con la afección o enfermedad que esta provocando esta baja generación de células linfáticas.
¿Cómo aumentar el nivel de linfocitos?
Existen formas naturales, sobre todo alimentarias que pueden ayudar a elevar los linfocitos de bajos a normales:
- Alimentos ricos en Omega 3: Salmon, frutos secos, aceites vegetales, etc.
- Alimentos ricos en Zinc: Hígado, chocolate, etc.
- Abandonar el tabaquismo: El tabaco es uno de los males que afecta a muchos partes del organismo humano.
- Deporte habitual: Adoptar la costumbre de practicar deporte moderado todos los días
Conclusiones
El recuento de linfocito se detecta en un analítica de sangre, en si mismo no constituye una enfermedad pero es sintomático de que el paciente puede estar incurso en una enfermedad o patología médica.
Existen varios tipos de células linfóticas y todas ellas encaminadas a funciones inmunológicas.
Es tan preocupante el tener unos niveles altos de linfocitos como bajos.